Cómo cocinamos importa

Optemos por más cocina y menos procesados. Cocinar nuestros alimentos puede contribuir con una alimentación más natural; es deseable evitar el consumo de ultra procesados —preparaciones industriales comestibles, elaboradas a partir de sustancias derivadas de otros alimentos, que generalmente contienen múltiples ingredientes artificiales— y volver a la cocina, a lo esencial y cocinar los alimentos que sean seguras para ti y el medioambiente.

A las carnes rojas sacarles siempre el exceso de grasa visible y al pollo la piel antes de la cocción.

Elegir formas de cocción que no lleven grasa o lo hagan en baja cantidad —usar un poquito de aceite como antiadherente—; horno, plancha, sartén, wok, parrilla, hervido o al vapor, todo vale si se usa poca materia grasa.

Si se cocinan en el horno, con el fin de concentrar los sabores, es posible envolver las carnes en papel aluminio, una vez condimentadas y acompañadas con trozos de verduras (como puede ser cebolla, morrón, ajo, perejil picado).

A la hora de sazonar, algunas opciones de condimentos para realzar el sabor de la comida y evitar el exceso de sal son: adobo, comino, pimienta, pimentón, laurel, nuez moscada, jengibre, estragón, albahaca, curry, tomillo, azafrán, menta, canela, orégano, entre otros.

Alimentación y sistema inmunitario, el guardián de nuestra salud.

Además de la práctica de ejercicio físico, del buen descanso, de un adecuado manejo del estrés y de tener buenas prácticas de higiene, planificar y llevar adelante una alimentación adecuada es fundamental para favorecer el funcionamiento del sistema inmunitario y su capacidad de respuesta ante una infección.

En este sentido, los antioxidantes son considerados uno de los principales protagonistas del sistema de defensa del cuerpo, ya que se relacionan con la prevención de enfermedades respiratorias, cardiovasculares, neurodegenerativas, gástricas, tumorales y del sistema endocrino, así como con el retraso en el proceso de envejecimiento.

Otros aspectos a considerar para mantener una buena alimentación que beneficie nuestro sistema inmunitario son:

Consumir una dosis apropiada de energía, proteínas, vitaminas y minerales para mantener las defensas naturales del organismo altas.

Evitar una alimentación inadecuada, dado que puede afectar el funcionamiento del sistema inmunitario y su capacidad de respuesta frente a las enfermedades.

Tener en cuenta que el déficit de nutrientes altera nuestra salud, así como el rendimiento deportivo.